Yan from Owner.One
Érase una vez, usted confió parte de su patrimonio a un pariente, antiguo compañero de clase o simplemente a una persona de confianza, convirtiéndolo en el propietario formal para ocultar su participación. Ambos erais relativamente jóvenes, pero con el paso de los años vuestro patrimonio creció, junto con las obligaciones sociales. Ahora, ambos tienen familia, hijos, quizás nuevos matrimonios y diferentes cambios en la vida, como la adquisición de una nueva nacionalidad. El activo que les confió ya no es enteramente suyo. Si les ocurre algo, su familia puede tener prioridad sobre ti, y podrías acabar teniendo sólo la mitad, o incluso una octava parte, de tu fábrica, de la que ellos son oficialmente propietarios. Y si han adquirido una ciudadanía problemática, como la estadounidense, devolverte el activo podría desencadenar importantes impuestos. ¿Tiene tu apoderado un acuerdo prenupcial? Si te favorece a ti, puede que en la práctica no sirva de mucho, pero si favorece a su familia, se convierte en tu problema. ¿Tienen grandes préstamos con garantías personales o riesgos de responsabilidad subsidiaria? La lista de posibles complicaciones continúa. En muchos casos, estos acuerdos son perfectamente legales. Sin embargo, la legalidad no elimina los problemas descritos anteriormente. Hable con su apoderado, evalúe su situación en todas las zonas de riesgo, modele las posibles consecuencias y prepare los documentos necesarios para proteger sus intereses. Esta nota no trata de los gestores oficiales con acuerdos formales de gestión. Ese es un tema para otra nota.